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El académico británico David Hesmondhalgh vino a Viña del Mar como invitado de la investigadora principal de CMUS Laura Jordán y realizó dos actividades en el Instituto de Música de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso donde ella es docente. La primera fue la conferencia “The Global Spread of Music Streaming: Capitalism and Colonialism, Technology and Culture” que se realizó en la biblioteca del establecimiento la tarde del 5 de noviembre. Ahí el profesor de la Universidad de Leeds se refirió a las nuevos problemas que trae la nueva industria musical en tiempos de streaming. En ésta se repiten los modelos de colonialismo e imperialismo de parte de los sellos discográficos, las compañías digitales y los dueños de las tecnologías, en donde siguen habiendo sectores en el mundo no tienen tanto acceso a la tecnología como en Estados Unidos o Europa y se mantiene, por tanto, la inequidad.  El investigador señaló que una de las novedades es que los países han incrementado el consumo de sus artistas locales en esta era del streaming. Eso sí, aún las figuras globales como Taylor Swift o Beyonce son escuchadas ampliamente en gran parte del mundo. En términos de géneros, sigue predominando el hip hop, sea de Estados Unidos, Inglaterra o de cada uno de los países a nivel local. La  conferencia de David Hesmondhalgh se inspiró en el libro que editó Music Streaming Around the World (University of California Press, 2025), Al finalizar, alumnas y alumnos de Laura Jordán aportaron con interesantes preguntas para abrir el debate de conversación.

Workshop musical del pasado y presente. 

El jueves 6 de noviembre en la mañana se dio inicio al workshop Materialidades, prácticas e industrias de la música popular. Partió Eileen Karmy con A Playlist of International Protest Songs. Workers’Songbooks of the early 20th century in the Southern Cone, que es parte de su proyecto Fondecyt «Cancioneros Populares». La investigadora asociada de CMUS habló sobre las escuelas nocturnas de trabajadores que tomaban clases con músicos profesionales y del carácter colectivo que tenían para sus actividades musicales. Además se adentró en las adaptaciones de música local o extranjera que fuera popularmente conocida para adaptarla con nueva letra con contenido de canciones protesta, de esa forma era más fácil de aprenderlas.

Luego vino el turno de Laura Jordán con «Mejor los Beatles, ¡vamos! Sound, Co-presence, and Epistolary Uses of the Cassette under Dictatorship». En ella la investigadora principal de CMUS exploró las cintas que grababa  Jonás desde Chile a Eduardo Carrasco quien estaba exiliado en Francia con su grupo Quilapayún. En estos casets el poeta chileno compilaba audios cotidianos, como sonidos de la calle, grabaciones de la radio (fueran extractos de canciones o noticias), y sus propias locuciones. La profesora de la PUCV analizó estos collages sonoros como la voz propiamente tal. Esta investigación es parte del Fondecyt «Culturas del casete: tecnología, escucha y participación» donde también participa Javier Rodríguez, investigador adjunto de CMUS.

Quien siguió fue Arturo Figueroa, académico de la Universidad Finis Terrae, con su ponencia «Discourses and socio-political involvement of Chilean musicians in music press: the case of indie composers». En ella analizó la posición política de cantantes indie en Chile desde 2005 a 2018 a los ojos de la prensa local, ya sea en temas contingentes como causas ambientalistas o feministas y su oposición al conservadurismo de la izquierda o derecha: todo desde una perspectiva más emocional. También se encontró evasión de estos temas por parte de los artistas o de las líneas editoriales de medios.  Además hizo un repaso de los medios musicales desde los años 60s a los 90s para trazar este mismo tópico, pero con músicos de géneros musicales más amplios, introduciendo así parte de su Fondecyt de iniciación.

Daniel Party fue el encargado de retomar después de un corte por café. El investigador principal de CMUS presentó «Gender Representation on Billboard’s Hot Latin Songs Chart (1987-2024)», en la que exploró esta categoría de estos premios que comenzó en los años 80s, y que ha sido medida de diferentes formas. Esto se debe al cambio de formatos de difusión y su consumo. Este ranking latino presenta una amplia variedad de estilos musicales dentro de sí, desde salsa a corridos mexicanos. En su investigación, el académico de la PUC encontró varios momentos en que la presencia femenina era mucho menor y casi nula. Incluso 21 semanas en que ninguna canción de mujeres estuvo en el listado.

Por último, la periodista e investigadora independiente, Macarena Lavín expuso de «Singing for the algorithm: A look at the platformization process of the Chilean music industry”, que es parte de un Fondo de la Música en la cual ella es co -investigadora. La también encargada de comunicaciones de CMUS exploró perspectivas sobre el uso de Spotify por parte del actual ecosistema musical (agregadores de contenido, sellos musicales y artistas) en que se encuentran la monetización, problemas que han surgido (como ansiedad y baja paga de plataformas) o una nueva manera de lanzar canciones. Esto fue ilustrado con distintos testimonios de las personas entrevistadas para el estudio que lideró Arturo Arriagada (UAI).

Después de las ponencias hubo un fructífero diálogo guiado por los y las investigadores (as) y comentarios más preguntas de David Desmondhalgh.

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